El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Antequera protegerá más de una veintena de elementos ambientales situados en el municipio, resguardando el suelo no urbanizable de las fuertes demandas urbanísticas existentes y reconociendo el patrimonio natural como un importante valor. El PGOU se encuentra inicialmente aprobado y la recepción de alegaciones concluyó el pasado lunes.
El objetivo final es conseguir una adecuada conservación del singular y vasto patrimonio natural del municipio, a la vez que se crea una seña de identidad de Antequera como Territorio de Calidad Ambiental, que se añadirá a la de Ciudad de Arte y Monumental. Para ello, el PGOU contiene criterios de sostenibilidad que permitan mantener la capacidad productiva, la estabilidad de los sistemas naturales, la preservación de la variedad biológica y mantener la protección y mejora del paisaje.
Así, los parajes naturales de El Torcal de Antequera y el Desfiladero de los Gaitanes, incluidos en el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, son especialmente catalogados en el plan general, al igual que el monumento natural de El Tornillo, la Peña de los Enamorados (que pronto será también monumento natural), las Sierras del Valle de Abdalajís-Huma, las Sierras de Camarolos-Las Cabras, los Altos del Breña y Buitreras, los montes públicos y la Sierra de Garrado, peñón calizo con un alto valor paisajístico que se sitúa al sur de la Sierra de las Cabras.
En estos espacios se limitan al máximo las construcciones para evitar cualquier impacto, admitiéndose sólo el mantenimiento y mejora de las instalaciones existentes que estén ligadas a los usos agrícolas, ganaderos, forestales, didácticos o científicos, y las adecuaciones naturalísticas.
Se protegen igualmente el Parque Periurbano Pinar del Hacho, la Zona Periférica de Protección de la Laguna de Fuente de Piedra, y los humedales (lagunas de Caja y Viso, así como los terrenos comprendidos en sus cuencas vertientes, prohibiendo cualquier actuación que produzca deterioro).
Como espacios de interés paisajístico se incluyen el Cerro del Cuchillo, el Cerro Jaralón, las angosturas del Arroyo del Alcázar en La Magdalena y del río Guadalhorce en el límite de Antequera y Villanueva del Rosario, y los paisajes agrícolas de gran belleza situados en el entorno de El Torcal, la Peña de los Enamorados, la Sierra de las Chimeneas y la Sierra de Camarolos-Las Cabras. Por otra parte, son de interés forestal los montes públicos y otros terrenos que presentan importantes masas arboladas, así como terrenos forestales que, además, presentan fuertes pendientes, por lo que debe mantenerse su vegetación para corregir los procesos de erosión.
En el Paisaje Agrario Singular de la Vega se comprenden los terrenos localizados en torno al río Guadalhorce, preservando un espacio que a pesar de estar puntualmente degradado por la implantación de construcciones ajenas a su tradicional uso agrícola, sigue siendo uno de los elementos que identifica el territorio antequerano. Se limitan las construcciones o instalaciones no compatibles con los valores agrícolas y paisajísticos.
Vías pecuarias, yacimientos arqueológicos, edificaciones singulares del medio rural, todos los cauces naturales y el embalse del Guadalhorce son igualmente protegidos.
Además de la catalogación de estos elementos, el PGOU se ha adecuado a la legislación sobre protección de espacios naturales y al Plan Especial de Protección del Medio Físico (PEPMF) de la provincia de Málaga, que abarca elementos ambientales antequeranos en buena parte ya mencionados anteriormente: El Torcal, Desfiladero de los Gaitanes, Peña de los Enamorados, Sierras Camarolos-Las Cabras, Sierras de Abadalajís-Huma, Altiplano de Las Lagunillas, Cerros de La Breña, El Turco y Buitreras y la Vega.
Todos los espacios que comprende la protección del plan general conforman una marca de calidad ambiental, que no sólo conservará sus valores, sino que será fuente de atracción de “turismo verde” y de instalaciones turístico-recreativas muy cualificadas que pueden implantarse en zonas no protegidas. El plan no sólo respeta la preservación de la normativa ya existente, sino que incluso se propone aumentar las zonas protegidas (por ejemplo, en entorno de la Peña de los Enamorados) o protege aún más las ya catalogadas (como algunos complejos serranos).
En cuanto a la Vega, las excelentes condiciones de comunicación que presenta, con las autovías más importantes de Andalucía, crean las premisas óptimas para atraer, en torno a los enlaces y nudos de las mismas, propuestas de suelos logísticos, industriales y comerciales muy cualificados, al igual que una infraestructura de transporte tan importante como el aeropuerto.
Pero la Vega tiene una gran extensión y su interés productivo, aun siendo alto, es similar al de otros terrenos colindantes no protegidos. Por todo ello, se considera que la zona de la Vega debe protegerse en mayor medida es la situada entre la A-92 y la propia ciudad, por ser un paisaje agrario singular de referencia para Antequera.
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